Carlos Antonio Vélez, comentarista de fútbol.
Carlos Antonio Vélez, comentarista de fútbol.
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Gabriela Llanos López

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Carlos Antonio Vélez y 9 ‘perlas’ de su lenguaje para analizar el fútbol

El periodista caldense trata de imponer un vocabulario muy personal en las transmisiones por radio o tv, pero cae en excentricidades y expresiones fuera de contexto. Les mostramos algunas.

A la par de una señal técnica perfecta, la audiencia que sigue por radio o televisión un partido de fútbol espera también un trabajo periodístico impecable de parte de narradores y comentaristas que complementan la transmisión.

En lo segundo Colombia cuenta con muchos profesionales que a través de un lenguaje claro, sencillo e inteligente, saben llevarle a la gente información adecuada, y la pasión que este deporte despierta. 

Sin embargo, hay algunos que equivocan el camino y recurren a una fraseología rebuscada y caprichosa, que los hacen caer al margen de la lógica deportiva, e incluso, transgredir reglas propias del idioma.

Entre estos resalta por su mayor exposición mediática en importantes empresas de comunicación del país, el famoso y controvertido periodista Carlos Antonio Vélez.

En sus participaciones por el canal de televisión Win+, Vélez utiliza un vasto repertorio de términos y frases que él inventa, y con las que confunde a los televidentes pues nadie las conoce, y cuando las explica no se le ve la aplicabilidad o resultan inútiles.

Para entrar en materia enseñamos el rastro que le hemos seguido a la peculiar verborrea del polémico analista manizalita.

Las ABP y las ABPF

“De esta ABP es posible que llegue el gol que tanto está buscando el equipo, mi apreciado Eduardo Luis…”, proclama Vélez con frecuencia en la tv, cuando su compañero de fórmula es el narrador “de los domicilios”.

¿Una ABP? ¿Cómo fue que dijo? ¿Y eso qué es?

Entre tantos neologismos que surgen a diario por los avances de la tecnología, podría imaginarse que eso de ABP es un sistema moderno aplicado al fútbol, como el recién aparecido VAR; u otro término nuevo en el léxico de este deporte. 

Pero ni lo uno ni lo otro, la tal ABP es una creación de Vélez con el significado arbitrario de: “Acción con Balón Parado”.

Para ayudar a traducir, ABP, según el periodista, equivale a un tiro de esquina, aunque puede ser también un cobro de tiro libre, o un tiro indirecto; e incluso, una pena máxima.

Es decir, sanciones y jugadas con nombres propios, sencillos y conocidos a lo largo de la historia del fútbol, a las que ahora Vélez pretende reemplazar y complicar con su peculiar impronta verbal.

La exótica ABP sufre un cambio, según el analista de Win+, cuando la aplica a la sanción de una pena máxima.

Entonces le agrega una letra más al curioso vocablo, y el resultado es una ‘ABPF’: Acción con Balón Parado Frontal. 

¡¡ No me diga más!! Diría el recordado William Vinasco

O sea, para referirse a una falta ampliamente familiarizada en el  balompié orbital como penal, penalti, o pena máxima, sin tanto perendengue; el señor Vélez utiliza seis palabras: “Acción con Balón Parado Frontal, ABPF”.

Vélez desatiende así la economía de palabras, norma histórica recomendada para la buena escritura y oralidad.

“Lo bueno si breve, dos veces buenos”, sentencia un antiguo refrán español en alusión al uso de la precisión y claridad en nuestro idioma.

La moraleja podría ser que no es recomendable modificar la terminología clásica del fútbol, y tratar de imponer “un lenguaje propio”, cuando se atropella la regla de lo sucinto.

‘Los mini partidos’

Uno de los inventos más reciente para comentar fútbol en la particular jerga de Carlos Antonio Vélez Naranjo, son dizque los “mini partidos”.

Resulta, según su óptica, que dentro de un partido de fútbol también se juegan ‘mini partidos’.

Los ‘mini partidos’ son para él esos momentos de reacción de un equipo para zafarse del dominio que le ejerce el rival.

Pero solo se refiere a estos si más adelante, en el desarrollo del mismo juego, ese equipo vuelve a caer en igual ritmo al que traía antes, o sea, de nuevo es controlado por el adversario.

Esa sacudida transitoria que tuvo, es la que Vélez llama un ‘mini partido’.

“Se acabó el ‘mini partido’ de Nacional, de nuevo es dominado por Equidad que asume el control del juego. Este ‘mini partido’ al cuadro verde le duró solo pocos minutos…”, puede mencionar.

Sin duda toda una curiosidad que la Internacional Board, entidad que define y modifica las reglas aplicadas al fútbol, ignora que funciona en el torneo colombiano: los ‘mini partidos’. El nuevo exotismo de Vélez

La chacra 

Otra excentricidad más en sus comentarios futboleros se le escuchó el domingo 4 de octubre del 2020 en la señal televisiva del encuentro Nacional – Envigado. 

Ese día describió la existencia de una “chacra” en la cancha de juego.

“Nacional está subiendo mucho y deja un gran territorio libre, esta ‘chacra’ puede ser aprovechada por Envigado…”, aseguró sin más ni más.

¿Chacra? De acuerdo con el diccionario de la RAE esta palabra es de origen indígena, y significa granja o lugar dedicado a la cría de animales.

Pero según el diccionario creado y manejado por el periodista caldense, hay que colegir que ‘chacra’ en una cancha de fútbol es tal vez “un espacio libre de la presencia de jugadores”.

El concepto es traído de los cabellos, puesto que en una cancha de fútbol los espacios libres son momentáneos, no permanentes, ya que por la misma dinámica de este deporte los futbolistas se mueven por todo el terreno en forma constante.

La ‘zona uno’ del balón

El discurso del ‘doctor Vélez’, como a veces lo llaman algunos de sus compañeros de sets, trae también esta otra joya exótica, “la zona uno del balón”.

Así lo manifestó el sábado 21 de noviembre del 2020 en el juego Nacional-América, por la primera fecha del play off final.

Soltó la expresión cuando en un tiro libre el futbolista responsable del cobro elevó la pelota muy por encima del travesaño.

“Es que le pegó al balón en la ‘zona uno’, por eso el disparo terminó demasiado arriba del larguero…”, afirmó categóricamente en su tono de voz más agudo.

En esa oportunidad se apuró a explicar de inmediato cuál era la supuesta ‘zona uno’.

“La zona del balón que toca el pasto, esa es la ‘zona uno’…”, subrayó en actitud didáctica.

Al consultar Wikipedia sobre las características del balón que se utiliza para jugar fútbol profesional, esto se encontró. 

“Debe tener una circunferencia de 68 a 70 centímetros. Su peso debe rondar entre los 410 y 450 gramos; y su presión debe estar entre 0.6 y 1.1 atmósferas, es decir, de 600 a 1100 g/cm2 al nivel del mar”.

Por ningún lado se lee que un balón de fútbol cuenta con ‘zona uno’, ni zona dos, ni tres. Otro invento superfluo de Vélez.

El ‘ecosistema de juego’

La tarde del pasado 10 de junio, en el minuto 66 del primer partido entre Junior y Millonarios por la semifinal de la Liga 2021, lanzó al aire toda una novedad lingüística. 

“Es que Cetré y Sambueza se mueven en el mismo ‘ecosistema de juego’, y así no se puede…”

La ciencia define ecosistema “como el medio biológico constituido por una comunidad de seres vivos y el medio natural en que viven”.

También hay esta otra definición: “Medio social, profesional o educativo en el cual evoluciona un grupo de personas”.

Por tanto, resulta forzado hablar de un “ecosistema de juego”, cuando se pretende explicar el movimiento de unos jugadores en un encuentro futbolero.

Si bien hay otra premisa respecto de que el idioma es dinámico y cambiante, tampoco se puede llegar a extremos saltando reglas.

“Un muchacho joven…“trescuartear…”

Jaminton Campaz, futbolista.

"Jaminton Campaz, un muchacho joven, al que le han dado la responsabilidad de la creación en el equipo tolimense…”

Así se refirió Carlos Antonio Vélez al jugador tumaqueño de 21 años, una vez que Junior enfrentaba al actual campeón del fútbol colombiano, el flamante Deportes Tolima.

Este es un error frecuente, el uso del pleonasmo “Muchacho joven”. 

Es obvio que si nos referimos a un muchacho, este sea joven, o viceversa, si hablamos de joven, estemos refiriéndonos a un muchacho. Imposible hablar de un muchacho viejo.

Así que los dos términos no se pueden juntar al momento de hablar o escribir.

Vélez también es el padre de un “verbo” que suele extraer con frecuencia de las páginas de su “Pequeño Larousse Ilustrado”, y que ha dado por llamar “trescuartear”.

“Macalister Silva está en la función de ‘trescuartear’ esta tarde…” puede decir sobre el jugador de Millonarios.

“Está ‘trescuarteando’ en perfecta forma a estas alturas del partido…” también es capaz de añadir si al futbolista le están saliendo bien las cosas.

‘Trescuartear’ significa, según se le colige, recorrer “tres cuartos de cancha” en un partido.

La palabrita resulta extravagante, y bien podría ser reemplazada por otra, digamos, menos estrambótica.

El falso 9

Para criterio de Carlos Antonio Vélez las posiciones de algunos jugadores en la cancha están escrituradas, y el que circule por la que no le corresponda es mínimo un usurpador.

En un juego Nacional-América, en el que Jarlan Barrera hizo un par de incursiones por la mitad del área con disparos al arco, dijo en su comentario que el jugador samario “está actuando reiteradamente como un falso 9”.

¿”Falso 9”? ¿Y eso como por qué? Un jugador puede correr toda la cancha, y si en esos movimientos ocupa la posición de un compañero de manera circunstancial, no necesariamente hay que darle la denominación de “falso tal…”

Al amparo de esa premisa ‘veleziana’, cuando el arquero Sebastián Viera anota sus goles espectaculares de tiro libre, hay que decir que actuó ¿de “falso delantero” o “falso ejecutor”?

O cuando en el cobro de un tiro de esquina un delantero baja a apoyar la defensa, y despeja un balón con sello de gol, ¿hay que darle categoría de “falso defensa?”.

Tal vez haya más piezas curiosas en la retórica que Carlos Antonio Vélez Naranjo aplica en su forma de mirar el fútbol, pero estas son algunas de las que pudimos recopilar para esta nota.

No obstante de esta cierta terminología fútil a la hora de analizar el fútbol en radio o ante la pantalla de la televisión; no se pretende desconocer en Carlos Antonio Vélez a un serio estudioso del fútbol, y fervoroso periodista deportivo.

 

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